En función de lo dicho, compartí, como corresponde, varias charlas sobre la importancia de canalizar las vocaciones para ser felices ó si se quiere, para evitar frustraciones futuras, etc. Pero, finalmente se dio la oportunidad de canalizar esas vocaciones para el Día de la Tierra… Dos semanas antes los docentes fuimos convocados por la jefatura de carrera para hacer “algo al respecto” y todos los docentes hicieron sus propuestas y yo la mía: “Dado que una de las transversales más importantes para mí en la asignatura Metodología de la Investigación es el rescate de la identidad, pertenencia y la investigación patrimonial entonces propuse hacer un mural para la entrada de la Facultad que retratara los tesoros del patrimonio de biodiversidad andina acorde lo refleja mi frase motivadora “Nadie ama lo que no conoce...” y con ello al tiempo de canalizar las vocaciones de artista de muchos estudiantes, decorar la por demás austera entrada. Lo que sucedió después fue increíble y mostró una vez más lo que pueden hacer nuestros estudiantes con el motor de la vocación, de la pasión, del ajayu... Cuando les transmití la idea, se organizaron con un inusitado entusiasmo inmediatamente, se repartieron las responsabilidades, incluida la autofinanciación del proyecto... Comenzaron el trabajo en sus descansos pedagógicos... pero lo continuaron fuera de horarios de clases hasta ser literalmente echados por los ordenanzas que debían cerrar la universidad por la noche... Esto, como muchas otras experiencias, demuestra lo correcta de la hipótesis de que el problema de la asistencia, como el problema de que dejen las tareas académicas para último momento se debe a la falta de vocación por la carrera elegida... Los hechos....
Dos semanas después, con dificultades consecuentes del fruto del aprendizaje en un mural que fue la ópera prima para todos... el mural estuvo terminado. Un orgullo para el docente y para los verdaderos protagonistas, los estudiantes, los artistas nóveles. Desde aquí les mando nuevamente mis más calurosas felicitaciones y mis muestras de orgullo. Una hermosa experiencia docente estudiantil. ¿Todo rosas? No, claro que no... Días previos a la finalización de la obra, no faltaron colegas “desubicados” (Por llamarlos de alguna forma amable) que fueron a quejarse al jefe de carrera de que el mural era un mamarracho que arruinaba la entrada de la universidad y un largo etc. que de detallarlo sería darle injerencia demás a quienes no la merecen... Pero lo que sí merece es una reflexión que hice el día de la inauguración. Nadie nace sabiendo y sólo se equivocan los que hacen... El inútil jamás se equivocará por su condición intrínseca de inútil.... (Ver reflexión al respecto) Nuestros estudiantes merecen recibir el estímulo a sus actividades sobre todo las que nacen del corazón y lo expresan.... La represión de la creatividad en cualquiera de las formas es lo más bajo de las actitudes que puede mostrar un docente... Actitud que desprestigia nuestra profesión, lamentable.... Por otro lado, cómo tomar una crítica de arte de docentes que nada tienen que ver con ello? Aún así debo elogiar el apoyo incondicional de las autoridades que ignoraron totalmente los comentarios y actuaron pedagógicamente y como dicta la lógica expuesta.... Muchas Gracias Antonio!!!
Muchas gracias mis queridos estudiantes por permitirme y honrarme compartiendo esa maravillosa experiencia. Gracias mil!!!
Estudiantes en plena tarea artística. El mural retrataba un paisaje andino donde destacaba el Lago Titikaka, las llamas y dos ejemplares de Puya raimondii.
Estudiantes alternando las tareas de acuerdo a preferencias artísticas.
Mural casi terminado. Angela la artista líder muestra con orgullo "La obra"!!!.
Mural terminado, con el lema incluído.
El lema del docente inmortalizado por los artistas.
Los autógrafos de los artistas (Imagen parcial) en su ópera prima.
Felicidades !!!
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